17 de octubre de 2007

Personajes Latinoamericanos: Wilfredo Pérez y Rigoberto López Pérez





N del R: Antes de comenzar con la historia, dedico mis esfuerzos puestos en ella a la hacedora de esta página y compañera entrañable de las recorridas por Latinoamérica, Cande Becco. Además pido disculpas por la extensión, traté de resumirlo lo más posible, creo que dejé inconclusos varios detalles que merecen ser continuados por quien esté dispuesto a escribirlos.

León, Nicaragua, 11 de Febrero del 2007
Wilfredo Pérez, Rigoberto López Pérez y el inicio de nuestro idilio con Nicaragua.

Son casi las 12 del mediodía en León, una ciudad nicaragüense que fue escenario de sucesos trascendentes para la historia de aquel país. El calor es agobiante. Por mera casualidad, más bien por un afán de conocimiento que tan bien nos caracteriza, entramos a la remota librería de Wilfredo Pérez, un intelectual de los guerrilleros nicaragüenses de antaño, ferviente opositor de la encarnizada dictadura somocista y conocedor del Che Guevara en su exilio en Cuba. Idealista profeso, romántico hasta el hartazgo, demuestra en cada una de sus anécdotas abigarradas de detalles que su ideología de izquierda y su amor por una Latinoamérica exenta de capitalismo no fue un simple sueño jovial, es una creencia que está encallada en su piel, que corre y naufraga por sus venas.

Es él, Wilfredo, quien entre citas bibliográficas y poemas nos relata la historia de Rigoberto López Pérez, personaje ignoto hasta ese entonces por nosotras.

Vástago de una madre pobre, como lo fueron Rubén Darío (el más importante poeta que conoció esta nación centroamericana) y Augusto Sandino, Rigoberto vivió inmerso en la sangrienta dictadura somocista. Hombre de letras, aficionado al violín y la música clásica, en quintaesencia libertario, no podía conciliar el sueño. Su pecho estaba oprimido de vejaciones, injurias e injusticias. “Quiero una Nicaragua libre” solía decir desde su refugio en el Salvador, lugar que eligió para su exilio y donde se cimentó su idea de enriquecer la historia nicaragüense y pasar a la inmortalidad.

Los ojos de Wilfredo se empañan apenas nos transmite la intrépida decisión esgrimida por Rigoberto: ser el encargado de ajusticiar a Anastasio Somoza (“Las flores de mi jardín estarán marchitas, mientras exista sangre en las venas del tirano miserable”.). Por los verosímiles que son los sentimientos expresados, brota en nosotras una disyuntiva. Comenzamos a creer que Rigoberto es quien en realidad nos transmite sus vivencias: “Ajusticiaré a Somoza y eso dará lugar al principio del fin”.

“El principio del fin” nos repite Wilfredo. Cuan racional fue Rigoberto, quien se cercioró antes de tiempo, no sólo de su muerte inevitable (“Se puede dar la vida por un ideal que llene el vacío que llevamos adentro”), sino de lo difícil que sería derrocar a toda la claque somocista que reiría con o sin su payaso.1

Rigoberto logra infiltrarse en el teatro González, que había elegido Anastasio para vanagloriarse allá por el año 1956 y que se encuentra a pocos metros de la librería de Wilfredo en donde nosotras nos encontramos. Y cuenta la leyenda que con su mano izquierda logra apretar el gatillo y dar fin a la vida de un ser endemoniado, cegado de poder y comenzar así sin más, el principio del fin de la tiranía. Y, desafortunada e inevitablemente, el fin de su propia vida.2

Wilfredo, rodeado de sus libros (desde el Capital de Marx hasta el Martín Fierro, entre otros) nos lee sin miedo a dejar caer lágrimas, y para sorpresa de todas nosotras con la música de Mi Buenos Aires Querido de fondo, uno de los poemas más conmovedores que escribió Rigoberto. Más que poema, un vaticinio, ya que fue escrito diez años antes de su muerte pero encierra en él su fatal destino.
La Confesión de un Soldado
De Rigoberto López Pérez
(recitado por el mismísimo Wilfredo en
http://www.youtube.com/watch?v=Oz2YwXSo1tM

Una bala me ha alcanzado
he caído al suelo con una oración,
estoy solo y abandonado
en el suelo hago esta confesión.

Es Nicaragua mi patria querida
es Nicaragua mi gran nación
es por ella que sangra mi herida,
que sangra la herida de mi corazón.

Por ti seguiría peleando
defendiéndola de ciudad en ciudad
hasta ver en tu cielo brillando,
brillando el sol de la libertad.

Las fuerzas me fallan, me siento morir.

Adiós oh patria mía,
bajo tu seno yo quiero sentir
que tu sol calienta mi tumba fría.

Ya que Dios ha dispuesto
que hasta aquí te haya servido,
otro hombre ocupará mi puesto
hasta dejar al enemigo vencido.

2 de septiembre de 1946.

1. La dictadura de los Somoza persistió hasta el año 1979
2. “…Casi al momento que Rigoberto terminaba de disparar, un cabo de apellido Lindo, le descerrajó un culatazo salvaje entre la nuca y la quijada, y que acto seguido, repuestos de la sorpresa, los agentes de seguridad descargaron hasta 54 tiros de todo tipo de armas contra el cadáver, al que luego llevaron arrastrado a la calle, tiraron en un jeep, llevaron al comando de León, y de ahí lo trasladaron a Managua, donde se perdió para siempre el rastro del cuerpo…” DE http://www.manfut.org/monumentos/rigobertolopez.html


EL ARTÍCULO QUE WILFREDO ESCRIBIÓ SOBRE RIGOBERTO (que supera ampliamente al aquí escrito) está en
http://www.elnuevodiario.com.ni/2005/12/10/suplemento/nuevoamanecer/946

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Chicas.. están llevando este blog a otro nivel. Muchas gracias por e´sta entrada!!! Es genial! lo increíble es que justo hoy m cuando leía las otras cosas, se me ocurrió subir el mismo video.. menos mal que no lo hice, y lo hiciste vos... porque fue mucho mas completo y lindo de lo que yo podría haberlo hecho. Jamás me voy a olvidar de Winifredo. Es uno de sus personajes totalmente inspiradores. Se acuerdan sus cuentos en Cuba? También dejé comentarios en YouTube... quedé totalemnte fascinada con este señor. Gracias winifredo, gracias blogista. Las pique están a full!

Anónimo dijo...

Que emocionante relato sobre aquella inolvidable experiencia: "El encuentro de Wilfredo"!. Reviví momentos increibles. Gracias Piques!

Anónimo dijo...

esta quién fue??? que de la cara!!!

Anónimo dijo...

Convivimos meses y meses y no pueden descifrar quien fue?!!!
Pues entonces continuen con la intriga!

Anónimo dijo...

Cande y sus problemas con los nombres, no es winifredo es wilfredo! ja

Anónimo dijo...

Buen articulo! Fue terrible la dictadura de Somoza! Suerte que hubo un justiciero como el valentísimo Rigoberto para acribillarlo sin importar las consecuencias. Le hizo un bien al pueblo de nicaragua y rompió con la idea de que los nicaraguenses duermen ! Aguanten los sandinistas revolucionarios

Anónimo dijo...

De parte de todo el staff de viajerasviajantes agradecemos a don clarinete por sus agudos comentarios

Anónimo dijo...

No sé porque siempre supuse que Clarinete era mujer...