25 de mayo de 2010

Exsecūtus

La clave es el primer paso. Lograr que esa enorme rueda de engranaje empiece a funcionar. Después, de alguna misteriosa manera, todo termina ocurriendo solo.

Pero de cada uno depende ese primer paso, ese primer actuar, ese instante de pasar de un deseo a una acción.

Si lo logramos, después cada paso va tomando más firmeza, cada huella más definición, todo el andar más velocidad. El caminar se convierte en un correr. Todo pasa más rápido de lo que te puedas dar cuenta. Y de repente te encontrás volando, el viento en la cara, el mundo a tus pies.