26 de marzo de 2008

Este es un fragmento de "Amor liquído" de Zygmunt Bauman, que me parece que encaja con lo inexplicable que resulta a veces tratar de transmitir lo que se ha vivido en un viaje.

En cuanto a pensar las cosas dos veces, quizás el tiempo que tengo disponible resulte poco, no a causa de mi edad, sino porque cuanto más viejos somos, mejor comprendemos que por más grandes que parezcan las ideas, jamás lo serán tanto como para abarcar, y menos aún contener, la copioso prodilgalidad de la experiencia humana.

Lo que sabemos, lo que deseamos saber, lo que nos esforzamos por saber, lo que intentamos saber acerca del amor y el rechazo, del estar solos o acompañados y morir solos o acompañados...

¿Acaso es posible racionalizar todo eso, ponerlo en orden, ajustarlo a los estándares de coherencia, cohesión y totalidad establecidos para temas menores?
Quizás sea posible, es decir, sólo en la infinitud del tiempo.

¿O acaso no sucede que cuando se dice todo acerca de los temas fundamentales de la vida humana las cosas más importantes siempre quedan sin ser dichas?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"...por más grandes que parezcan las ideas, jamás lo serán tanto como para abarcar, y menos aún contener, la copioso prodilgalidad de la experiencia humana..."ç

y eso hay que ideas que a uno todavía le cuesta terminar de comprender y asumir en su total inmensidad.

y uno no comprende el completo significado de ese concepto. y uno no termina de definir la cantidad de matices que implica una palabra. y uno no se da cuenta de todo lo connotado que hay en cada detalle.

Anónimo dijo...

y hoy en un articulo me lo volvieron a nombrar a este poema, que nunca ntes habia escuchado en mi vida. Otro hecho más digno de la famosa exclamación "las vueltas de la vida"!