30 de marzo de 2008

Así me nació la conciencia




El 9 de enero nos olvidamos de conmemorar los 49 años de Rigoberta Menchú.

¿Qué decir de ella?
¿Por donde empezar?
¿Por su premio Nóbel?
¿Por su incanzable lucha a favor de los derechos de los indígenas? (el 80 % de la población guatemaltelca)
¿Por su rol como portavoz de los problemas de esta misma población indígena?

Yo la conocí gracias a mis amigas cultas que me prestaron su libro "Me llamo Rigoberta menchú y así me nació al concienca". Sus hojas retrataban las costumbres de su pueblo, las creencias de su gente, los maltratos recibidos y las detalles de su lucha. Su voz venía desde la dedicación y la entrega absoluta. Y así me nació al conciencia.

Ella nace en un pueblo Quiche y vive hasta los 12 trabajando, creciendo y respetando las costumbres de su comunidad. En 1979, tras una severa represión militar porque los indígenas protestaron contra el despojo de sus tierras, Rigoberta se alista en el CUC (Comité Unidad Campesina) y decide aprender el castellano para superar la barrera lingüística que dificulta su tarea con los demás pueblos indígenas y obstaculiza sus relaciones con los ladinos y las autoridades gubernamentales.

Y así comenzó su camindo de activismo por la defensa de los derechos de su pueblo, camino que le costó a su madre, su padre, sus hermanos y varios amigos de la mando del ejército represor guatemalteco.

El 3% de los votos obtenidos en su candidatura a la presidencia de su país no desmerece su valor, sino que, al contrario, no hace más que reflejar la pesada red en la que esta atrapada el país, con hilos tan dolorososos como la corrupción, la falta de educación, el fraude, la pobreza, la burocracia, la discriminación, la marginalidad.


"Mi tarea principal, pienso que es primero mi pueblo y después mi alegría personal. Podría decir que muchos compañeros se han entregado en la lucha, sin límite, sin buscar su alegría personal."

"Me pueden matar en cualquier momento pero que sea en una tarea donde yo sé que mi sangre no será algo vano sino que será un ejemplo más para los compañeros.

27 de marzo de 2008

Del otro lado del río


La consigna fue escribir sobre el regreso a aquel lugar donde estuvimos juntas.

El punto de partida fue la frase: "...Nadie se baña en el río dos veces porque todo cambia en el río y en el que se baña..."

Y tras esa frase no hay mucho por decir. porque el lugar es el mismo, pero el lugar cambió, la gente no es la misma, pero sin embargo está presente, y una no es la misma, pero es lo que es porque alguna vez ya fue.

Entonces no es un regreso sino una continuación. Las dos idas están conectadas. Y si hoy viví a bahía como lo hice, fue porque hace dos años lo viví de aquella otra forma. Y si estoy hace tres meses sonriéndome pensando en el regreso es porque ya fui alguna vez y me encantó. Y si hoy camino por bahía con miedo es porque alguna vez caminé sin preocupaciones.

Un mismo lugar. Dos momentos, dos situaciones. Y esta vez en cada rincón estaban ustedes. Y yo mostraba: "acá comimos", "aca dormimos", "por aca caminamos", "esto lo hicimos", "aca les mandaba mails a ustedes". Y si miró atrás y me transporto a aquel entonces me acuerdo que hace dos años, estando allá, nuestros diálogos se basaban en la hipótética situación de cómo sería no viajar de mochilera, en nuestras familias y en la vida que dejamos allá (y que siempre nos espera tan insistentemente).

En aquel entonces comíamos salgados con agua y soñábamos con camarones con caipirinhia, con los cuales me delite en el regreso, mientras les mostraba a mis hermanas el puestito donde compábamos la comida un tiempo atrás.

Podría llevar a un análisis sobre el eterno incoformismo humano, explayándome sobre el histeriqueo de nuestros deseos y anhelos que varían sistemáticamente sólo basado en la simple falencia de un determinado momento. O podría divaguar sobre la inmadurez que implica el estar en un momento, en una situación, (increíble de por cierto) y soñar con otra situación (también increíble). ¿Cuál es cuál? El orden de los factores no altera el producto.

Pero la idea no es esa. La idea es la afirmación que los dos viajes están conectados. Que cuando hice uno ya sabía en algún grado que el otro iba a venir. y cuando vino el segundo lo vivi, lo disfruté, lo sufrí, lo aprecié y lo experimente exactamente como lo hice porque había estado antes. Y sí, yo no soy la misma, pero yo cambié justamente porque alguna vez me sumergí en este río. Y sí, Salvador es el mismo, pero dos años después, con alguno cambios estructurales, pero principalemente con otra perspectiva, basada en la primera, modificada tras dos años de vida.

¿Afirmación obvia? Seguramente.. pero bueno, no voy a ponerme a discutir con las verdades innegables de Heráclito.

26 de marzo de 2008

Este es un fragmento de "Amor liquído" de Zygmunt Bauman, que me parece que encaja con lo inexplicable que resulta a veces tratar de transmitir lo que se ha vivido en un viaje.

En cuanto a pensar las cosas dos veces, quizás el tiempo que tengo disponible resulte poco, no a causa de mi edad, sino porque cuanto más viejos somos, mejor comprendemos que por más grandes que parezcan las ideas, jamás lo serán tanto como para abarcar, y menos aún contener, la copioso prodilgalidad de la experiencia humana.

Lo que sabemos, lo que deseamos saber, lo que nos esforzamos por saber, lo que intentamos saber acerca del amor y el rechazo, del estar solos o acompañados y morir solos o acompañados...

¿Acaso es posible racionalizar todo eso, ponerlo en orden, ajustarlo a los estándares de coherencia, cohesión y totalidad establecidos para temas menores?
Quizás sea posible, es decir, sólo en la infinitud del tiempo.

¿O acaso no sucede que cuando se dice todo acerca de los temas fundamentales de la vida humana las cosas más importantes siempre quedan sin ser dichas?

24 de marzo de 2008

Latinoamerica



*Letra y música de Caetano Veloso + Fotos nuestras y prestadas